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El arte de acompañar con la guitarra

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Acompañar con la guitarra puede parecer algo sencillo, pero tiene mucho más fondo del que aparenta. Detrás de cada canción bien acompañada hay escucha, sensibilidad, técnica y una comprensión profunda del rol que juega la guitarra cuando se une a una voz o a un instrumento melódico. En esta charla entre Marc Canelles, guitarrista y profe de esta casa, y la cantante Lorena Subiranas, exploramos los elementos esenciales para acompañar la voz y otros instrumentos melódicos con buen gusto y efectividad.

La guitarra como base rítmica: marcar el pulso con claridad

Cuando acompañamos a un solista, especialmente si somos el único instrumento armónico, una de nuestras funciones más importantes es establecer el ritmo y dar una referencia clara del tempo. Esto significa que antes de que suene la voz, ya estamos preparando el terreno: marcando acordes con intención, dejando claro el compás y ayudando a que el/la cantante entre con seguridad.

Una forma de hacerlo es tocar una breve introducción donde se establezca tono y ritmo. En cambio, si el tema pide empezar a la vez, lo mejor es hacer una cuenta clara (“un; dos; un, dos, tres, y…”) . En este último caso, no olvides tocar el primer acorde antes de contar, para que la voz tenga la referencia para poder entrar afinada. En canciones con introducción libre (rubato), donde no hay un tempo fijo, el foco está seguir la interpretación de la voz y crear un ambiente emocional.

Quién manda: el equilibrio entre seguir y guiar

Uno de los puntos más interesantes que surgió en la charla con Lorena fue el juego de roles. A veces es el/la guitarrista quien guía, otras veces es la voz. Y lo ideal es que haya una comunicación fluida, ya sea con la mirada, con gestos o simplemente con la música misma.

👉 Regla de oro: cuando acompañamos, el protagonismo lo tiene la melodía. No se trata de destacar, sino de sostener.

Recursos técnicos: bajos, ritmo y armonía

Cuando tocamos en formato dúo (guitarra + voz), echamos de menos cosas que normalmente tendríamos en una banda: bajo, batería, percusiones… Por eso, como guitarristas, debemos ampliar nuestro rol y cubrir esos huecos:

  • Marcar líneas de bajo dentro del acompañamiento.
  • Usar acordes rítmicos que den la sensación de groove o pulso.
  • Acompañar pensando también en las pausas melódicas, rellenando los espacios cuando la voz respira.

Esto hace que el acompañamiento cobre vida, tenga dirección y “baile” con la melodía.

El temido momento del solo

Tarde o temprano llega: el momento en el que la voz calla y la guitarra se queda sola. Puede ser una intro, un interludio, o un solo improvisado. Aquí, el guitarrista deja de ser solo acompañante y toma un rol más protagonista. Es importante:

  • Decidir si tocar algo escrito o improvisar.
  • Mantener la armonía y el ritmo mientras se desarrolla una línea melódica.
  • Aprovechar las limitaciones del instrumento (seis cuerdas, cuatro dedos) como motor creativo.

Escuchar y “cantar” con la voz

Un detalle precioso que surgió hacia el final de la charla fue la idea de acompañar como si estuviéramos cantando con la voz solista. Entender el fraseo de quien canta o toca la melodía nos permite rellenar de forma musical, sin invadir, aportando matices y respiración.

No se trata de llenar todos los silencios, sino de estar presentes, atentos, y sumar desde lo sutil.


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Marc y Lorena grabaron un disco donde aplican todos estos conceptos en canciones preciosas a dúo. Si te apetece escucharlo, lo puedes encontrar en Spotify, Youtube, y otras plataformas de streaming. Y si eres de los románticos que aún valoran el formato físico, ¡quedan copias del CD disponibles! Escríbenos a través del contacto de EntreTrastes.com y te contamos cómo conseguirlo.


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