Si alguna vez te ha pasado que no consigues sacarle un sonido bonito a la guitarra eléctrica, no estás solo. A muchos nos ha pasado lo mismo. Cuando tocamos una guitarra española o acústica de por sí ya suenan agradables. En cambio, al enchufar una eléctrica, a menudo nos encontramos con un sonido apagado, chillón o sin gracia. Pero no te preocupes, en este artículo te explico cómo empezar a configurar tu amplificador para que tu guitarra suene lo mejor posible.
Índice del artículo
1. Empezamos por la guitarra
Antes de tocar ningún botón en el ampli, pon todos los controles de tu guitarra al máximo. Tanto el volumen como el tono súbelos al 10. El selector de pastillas puedes dejarlo donde prefieras por ahora.
2. Entendiendo el camino de la señal en el amplificador
Imagina que la señal de tu guitarra entra al ampli por el cable (el jack) y recorre todos los potenciómetros (botones) que hay a lo largo del panel. El orden de estos controles puede ser importante, porque cada uno modifica el sonido de una forma diferente. Al final de todo el recorrido la señal de la guitarra eléctrica se ha coloreado, amplificado, y por último es conducida al altavoz para que se convierta en sonido y la podamos escuchar.
3. El volumen final: Master
Este es el control que determina qué tan fuerte suena el amplificador en general. Algunos amplis lo rotulan simplemente como «Volume» o «Volume Master». Si tu ampli solo tiene un botón de volumen, este será. Sube poco a poco el master para escuchar cómo va sonando la guitarra.
4. Gain o volumen de entrada: el camino hacia la distorsión
Muchos amplificadores tienen dos controles de volumen:
- El primero, cerca del jack de entrada, suele llamarse Gain, Drive o algo parecido. Controla cuánta señal entra en el amplificador.
- El segundo, como vimos, es el Master.
Cuando subimos el gain, conseguimos ese sonido roto o distorsionado típico del rock, blues o metal. Es como si le estuviéramos “apretando” más a la señal. Pero ojo: cuanto más gain pongas, más deberás bajar el master para que no suene demasiado fuerte.
Esto de tener dos volúmenes se hizo para que podamos conseguir distorsión sin necesidad de reventar los altavoces ni los oídos. Así puedes tener un sonido roto pero a volumen bajo. En cambio para obtener un sonido limpio, baja el gain y sube un poco el master.
5. Ecualización: moldeando tu sonido
Después del volumen, la otra gran herramienta que tienes para que tu guitarra suene bien es la ecualización. Esto puede sonar técnico, pero no lo es tanto:
- Bass (Graves): Añaden cuerpo. Si hay demasiados, puede sonar «embarrado».
- Middle (Medios): Frecuencias donde vive el sonido principal de la guitarra. Si los quitas, el sonido se vacía.
- Treble (Agudos): Añaden brillo. En exceso, suena chillón.
- Presence (si lo hay): Es como un “extra” de agudos, un toque final de claridad.
El mejor punto de partida es dejar todos estos controles a la mitad (como si fueran las 12 en un reloj) y desde ahí hacer pequeños ajustes. No pongas todo al máximo ni todo al mínimo, porque casi nunca suena bien.
6. El toque mágico: la reverb
La reverb (reverberación) simula el ambiente de una sala, una habitación, una catedral… Hace que el sonido de la guitarra no sea tan seco. Si tu ampli tiene este efecto te encantará. Pero úsalo con moderación: un poco ayuda mucho, pero si te pasas puedes perder claridad y no notar si estás tocando bien. Por eso, para estudiar o practicar, a veces es mejor usarla poco o incluso no usarla.
7. Otros efectos: el trémolo
Algunos amplificadores incluyen más efectos, como el trémolo, que hace que el volumen suba y baje rítmicamente, creando una sensación de vibración en el sonido. Es más un adorno que algo esencial, pero, igual que el resto de efectos, puede dar un toque especial en ciertos momentos.
Conclusión
Aprender a usar bien tu amplificador es clave para disfrutar de la guitarra eléctrica. No hace falta que lo sepas todo desde el primer día, pero entender qué hacen el gain, el master y la ecualización puede marcar la diferencia entre un sonido que te frustra y uno que te inspira a seguir tocando.
Y recuerda: el mejor punto de partida es sencillo. Pon los controles en el centro, escucha, y ajusta poco a poco hasta que encuentres TU sonido. ¡Nos vemos muy pronto aquí, en Entre Trastes!